En el mundo digital, el valor ya no necesita estar atado a grandes bloques difíciles de mover. Gracias a la tokenización, hoy es posible dividir activos físicos o digitales en pequeñas partes accesibles, intercambiables y verificables en tiempo real. Esto permite que más personas participen, usen o gestionen activos de manera flexible, según sus necesidades o intereses. Esta fragmentación no solo cambia la forma de acceder a bienes, sino que redefine conceptos como propiedad, acceso y utilidad. Lo que antes era exclusivo, ahora puede ser compartido, programado o reutilizado, impulsando un nuevo modelo económico más ágil, modular y conectado.